Bienvenid@s a este blog de reciente creación, en él me dedicaré a exponer mi particular visión del mundo y los desvaríos que pululan por mi cabeza frecuentemente, al no tener que elegir una imagen que ilustre lo que escribo espero que la vida de este blog sea mayor que la de mi fotolog.
Sin mas, comienzo:
Desde hace ya unos dias los presagios apocalípticos han vuelto a los medios de comunicación de España y del mundo entero "el fin se acerca, el LHC va a ser puesto en marcha", puro sensacionalismo; esta mañana enciendo la tele, y ¿qué me encuentro? un montón de científicos expentantes mirando un monitor retransmitido en directo por Euronews (para una vez que no hablan de dinero...) y en la parte inferior de la pantalla un letrero rojo que decia "NO COMMENT", desgraciadamente los informativos de las cadenas nacionales no conocen ese glorioso cartel rojo y se dedican a decir chorradas del calibre de "la primera recreación del Big Bang llevada a cabo por el hombre", aver, que no cuesta tanto entrar en la Wikipedia y mirar un poquito de lo que se va a hablar...
Resulta que lo de hoy solo era una prueba, un manojo de protones dando vueltas por el gigantesco anillo del CERN que acabó chocando contra un detector que emitió un chispazo (cabe añadir que los físicos de la sala antes citada rompieron en aplausos... ¬¬), así que nada de profecías apocalípticas de Nostradamus de pacotilla, si, es cierto que hay físicos que afirman que se podrían crear microagujeros negros que succionarian el planeta o materia extraña que destruiría los núcleos atómicos de toda la materia de la tierra, y digo yo: ¿no merece mas la pena morir por el avance de la ciencia que por el capricho de un político o un descomunal pepinazo de un asteroide, por ejemplo? mi respuesta es un SI rotundo, prefiero morir en un microsegundo mientras alguien intenta descubrir la naturaleza de la propia gravedad machacando átomos en un anillo gigante que de un balazo, un atropello o un coma etílico.
El problema está en que son los políticos los que financian las investigaciones (esperando futuras aplicaciones comerciales, por supuesto), los que hacen las bombas, los que pulsan los botones y los que, en definitiva, manejan el cotarro, y ellos miran a agujeros negros muy distintos... unos alojados en sus vientres.